Desfilar no solo es exhibirse, o darse un grado de importancia, no solo es el paso de contingentes por un lugar determinado. Tampoco se trata de una moda o una pasarela para mostrar un órden estricto.
Desfilar cada noviembre se trata también de una tradición que ha quedado bien arraigada en nuestra escuela. Desfilar y hacernos presentes por las calles de nuestra colonia, es una forma de manifestar que hacemos el cambio día con día desde nuestra escuela, desde nuestras casas, desarrollando nuestros conocimientos y habilidades para beneficio de nuestra propia comunidad.
La ansiedad atacaba desde días de anticipación a todos los niños y niñas que voluntariamente se involucraron para darle color y forma al desfile. Desfilar es una forma de recibir el reconocimiento de nuestros vecinos, es una forma de mostrar lo que sabemos hacer, proyectar nuestro entusiasmo por la vida y el desarrollo que tenemos en nuestra nación, y la calidad educativa que reciben nuetros alumnos, quienes proyectan el trabajo de nosotros, sus maestros.
Los aplausos son el premio al esfuerzo y la presentación de nuestros alumnos en su propio barrio. Cientos de personas salen de sus casas y gritan con entusiasmo, echan porras y vivas a los contingentes que pasan y contagian su algarabía, incluso a los despistados que por casualidad pasan por la ruta del desfile.
En esta ocasión cabe destacar la participación de docenas de padres de familia, más de 230 alumnos de la escuela. Divididos en tres bloques: disfrasados de revolucionarios de 1º y 2º; Flores tricolores de globos de 3º y 4º; Pelotas y tabla ritmica de 5º y 6º; Equipos de Basquetbol de 5º y 6º.
A este desfile se sumarón también el Jardín de Niños y La Escuela Secundaria.
Contamos con el apoyo de oficiales de tránsito y la policía municipal, así como servicios médicos.
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